Siguen las bolsas bajo una extraña presión. Una presión en la que el ruido es extremadamente alto, lo que explica el muy fuerte de volatilidad que se ha vivido y que parece tiende a relajarse incluso aunque los sucesos en rededor de los bancos están siendo puestos en las portadas un día sí y otro también. Pero en las bolsas de renta variable, en realidad, no ha sucedido casi nada. O al menos nada de lo que podría haber pasado si los bancos centrales no hubieran intervenido masivamente y a una velocidad pasmosa.

Fue una realmente atípica. Desde la ruptura de línea de tendencia alcista en el Dow Jones de Industriales a la fuerte recuperación de la tecnología. Algo se está reformateando y los bajistas podrían salir esencialmente fortalecidos por ello. De hecho, tras la pérdida de los 4.110 puntos del EuroStoxx50, zona en la que por dos veces se han visto rechazados posteriormente los alcistas, podemos afirmar que Europa ha hincado también la rodilla de la mano de un patrón de vuelta más o menos generalizado. Con el cambio de tendencia que expresa la volatilidad, cuesta creer que el suelo de canal alcista experimental vaya a mantenerse en pie.

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