Hace semanas que les hablo del sentimiento inversor, de lo extremo que se muestra en términos bajistas desde finales de septiembre. Hablar de sentimiento inversor es fácil, tener herramientas que señalen momentos clave como el que se daba entonces, pese a la general marca de nuevos mínimos en los precios, convertir el chismorreo en una colección de reglas que transmitan un mensaje objetivo contra las tendencias de orden superior, es otra cosa. Esa parte del análisis técnico, el breath, no es nada fácil de trabajar sin hacer un poco de ciencia de datos.

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