No me extenderé demasiado. Mis argumentos son tan sencillos como los que presenté durante la última parte de la escalada: resistencia ascendente brutal y un sentimiento inversor que hacía prácticamente impenetrable lo que llamé el muro de granito. Desde hace unos días, con algunos soportes de corto plazo de tipo descendente y la idea de un S&P500 que ha devuelto el 38,2% del rally vivido desde marzo de 2020, el sentimiento inversor se ha ido definitivamente hacia el lado contrario, y así lo exponía la semana pasada acompañándolo de un gráfico que permite entender que no vemos cosas como éstas cada dos por tres. Aquí se lo dejo nuevamente…

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