El mes de septiembre ha sido rotundamente bajista. Nada sorprendente para el que tenga respeto por la tendencia, pero algo que manda un muy inquietante mensaje. Índices como los europeos, que de forma general habían mantenido los mínimos provocados por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, han marcado nuevos mínimos relativos decrecientes. Los que se mantiene por encima, son ahora una excepción. Al otro lado del charco hemos visto también nuevos mínimos, en este caso respecto a los marcados en junio, con la única excepción entre los grandes de un Russell2000 que se encuentra sobre un soporte muy relevante en el proceso de medio plazo.

La semana pasada puso sobre la mesa las primeras confirmaciones en tendencia de fondo para el mercado europeo, que pese a todo su castigo ha mantenido en todo momento los mínimos marcados con la invasión rusa de Ucrania. Los bancos, lejos de conseguir tal tipo de paso al frente, plantean la posibilidad de un nuevo patrón potencialmente bajista tras dos fallos en su media de 200 sesiones.

A finales de 2021, tras ser alcanzadas por el mercado un grupo de resistencias de gran calado, donde destacaba lo que había venido denominando como el “muro de acero”, planteaba la posibilidad de un gran proceso bajista para las bolsas. Técnicamente, uno sabe que ciertas cosas son más probables en ciertos lugares. Nada más. Y como no hay camino, sino que se hace camino al andar, es la acción del mercado la que va hablándonos de dónde estamos realmente.

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